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Gestión eficiente del agua: un compromiso de todos con el planeta y la seguridad alimentaria de las naciones

Gestión eficiente del agua: un compromiso de todos con el planeta y la seguridad alimentaria de las naciones

El agua es un recurso fundamental para el desarrollo humano, ambiental y económico de los países, pues representa un valor incalculable para la seguridad alimentaria y para garantizar los ingresos, además de ser un sustento de la vida para todas las clases de animales, plantas y microorganismos.

 

En ese sentido, las Naciones Unidas hace una reflexión sobre lo que representa el recurso hídrico, señalando que “el agua tiene un valor enorme y complejo para nuestros hogares, la cultura, la salud, la educación, la economía y la integridad de nuestro entorno natural. Si pasamos por alto alguno de estos valores, corremos el riesgo de gestionar mal este recurso finito e insustituible”.

 

De acuerdo con las proyecciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), para 2050 la población mundial será mayor a los 9.100 millones de personas, para contar con alimentos que cubran esta demanda se hará necesario aumentar su producción en un 70% y para lograrlo el agua es un elemento fundamental.

 

Agua y agricultura: una relación indisoluble

 

En todo el mundo la buena gestión del recurso hídrico ha sido un factor esencial para elevar la productividad de la agricultura y asegurar una producción previsible.

 

Al respecto, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) señala que “la agricultura está llamada a jugar un papel preponderante para el futuro de la humanidad, no solo porque los alimentos, las fibras y gran parte de la energía que se requerirán en el futuro se producirán mediante esa actividad, sino también por las contribuciones que hará a la conservación de los recursos naturales y de la biodiversidad.”

 

Desde ese contexto, conversamos con Luis Mario Tapia -Investigador del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias de México- acerca de la importancia de administrar de forma responsable el recurso hídrico y de implementar acciones – desde la agroindustria- que contribuyan a su preservación. Sobre el tema, el experto explica que históricamente la actividad agrícola ha sido la principal proveedora de alimentos y ha crecido de manera importante hasta convertirse, en el caso de muchos países, en la principal fuente de ingresos para las poblaciones.

 

“Pero debe hacerse con cuidado y gestionando de forma eficiente el agua, así como los demás recursos naturales. Tenemos la obligación de medir cómo nuestras acciones y operaciones podrían afectar el medio ambiente, los ríos, lagos y otros cuerpos de agua y, en esa medida, implementar las estrategias necesarias para cuidarlos. Acciones como el riego eficiente, reciclaje y reúso del agua, implementación de biocontroladores y medición de la huella hídrica, por ejemplo, son algunas prácticas que contribuyen a ese propósito”, señala Tapia.

 

Reflexiones internacionales como estas, han despertado en los gobiernos del mundo la necesidad de adoptar medidas que promuevan la seguridad hídrica. En Colombia, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible reglamentó en 2021 el uso de las aguas residuales con el fin de impulsar una gestión más eficiente del recurso hídrico en los servicios agrícolas y en el riego de cultivos, zonas verdes o parques.

 

Así mismo, el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural estableció desde 2020 en el Plan Nacional de Riego la promoción de prácticas adecuadas para el uso del agua en los sistemas de riego como una prioridad para una agricultura sostenible.

 

Por su parte, la Federación Nacional de Acuicultura -FedeAcua impulsa entre los agricultores los sistemas de recirculación y de acuaponía que optimizan el uso del recurso hídrico.

 

Buenas prácticas agrícolas para cuidar el agua

 

“Toda actividad humana que no se hace con cuidado puede tener impactos ambientales importantes”, esto afirma el Investigador Tapia. Por eso, se hace indispensable la adopción de Buenas Prácticas Agrícolas en beneficio del medioambiente.

 

Tanto agricultores independientes como las empresas que a través de sus procesos contribuyen a impulsar una agricultura creciente y sostenible deben asumir el compromiso de desarrollar planes que permitan un manejo eficiente de los recursos naturales.

 

“Las plantas son, en cierta medida, como los seres humanos: no requieren excesos de agua para mantenerse. Al adoptar medidas preventivas podemos reducir hasta un 70% la cantidad de agua que se usa en los cultivos, aumentando su productividad y haciendo un uso más eficiente del recurso hídrico” afirma el Investigador, Luis Mario Tapia.